En este mítico libro reposa parte de la sabiduría de un hombre cuyo discurso estaría llamado a superar el paso del tiempo. Las manifestaciones simbólicas que Jung relata en este libro son tan profundas como míticas. Su profunda relación con los arquetipos que reposan en el inconsciente intelectual hacen de su relato un camino para la expansión del conocimiento. En nuestra época, a pesar de que continuamos repitiendo patrones ceremoniales cuya antigüedad ha probado superar toda estimación previa, pocas veces somos conscientes de su significado y rara vez indagamos por su origen. Por ejemplo, ¿por qué hacemos parte de un ritual en el que simbólicamente comemos la carne y bebemos la sangre de nuestro salvador? Siendo la sangre representada por una bebida que, si se toma en exceso, tiene el poder de influir en el estado mental de quien la toma. ¿Por qué se utiliza el pino en una fiesta que representa el nacimiento? ¿Por qué, a pesar de que sabemos que el nacimiento de Jesús no sucedió un 24 o 25 de diciembre de nuestro cómputo, continuamos celebrando el nacimiento de un niño-Dios en ese día? Tal vez, un niño sin preconcepciones previas podría continuar formulando este tipo de preguntas indefinidamente. Tal vez no se haría justicia al contenido del libro por medio de un simple resumen, pero es necesario relatar algunos de los eventos que se mencionan en este libro y, ojalá, el lector de esta nota también busca el mítico «Libro Rojo» de Carl G. Jung.
En uno de los relatos, una niña se aproxima a Jung, la niña tiene los órganos internos a la vista y se encuentra sangrando. La niña le pide a Jung que saque su hígado y coma una parte de el. Jung se niega a tomar parte de semejante atrocidad. La niña, se revela como su propia alma y sostienen una discusión. En la discusión que sostienen, la niña le explica que su solicitud es una orden que debe ser acatada y le explica que en el mundo humano cosas mucho más terribles suceden todo el tiempo. Al comer comer una parte del hígado, la niña le explica que Jung es parte del pecar humano, una parte de cada deseo que lleva a una persona a cometer un acto atroz, también reposa en él y ahora él es capaz de reconocerlo a través de su participación en este acto actroz. Cuando no vemos el alma dentro de nosotros, tendemos a ver el alma en otros. Cuando vemos nuestra alma en otros podemos caer en la tentación de hacer juicios que están dirigidos a nuestra alma sin la consciencia de que se trata de nosotros mismos. Algo de aquella persona que se manifiesta en nuestra alma. Una vez reconciliado esto el mundo se manifiesta de otra forma.
Se recuerda que aquel que sirve al espíritu de su tiempo sin mayor consideración, olvida que su paso no es eterno y los venideros juzgarán su actuar. Aquel que decide servir el espíritu de su tiempo, sin más, encuentra en sí una forma de condena.
En otro de los relatos, Jung entiende que si se acerca a la infinitud, no existe «bien» y «mal», existen fuerzas que actúan en conjunto en favor del crecimiento del árbol de la vida. El árbol de la vida crece desde abajo hacia arriba, solo puede crecer una vez que sus raíces han penetrado la profundidad de la tierra (infierno) y en su crecimiento sus ramas tocan el cielo. En este proceso los opuestos se cancelan y trabajan juntos. Así, se relata que aquel que quiere ascender, debe primero descender. Aquel que busca iluminación, encuentra también oscuridad. Hay algo de bueno en lo malo y algo de malo en lo bueno.
En otro relato, Jung se encuentra con un Mago cuyo nombre Griego parecería tener un sonido similar a «Simón», «Saimon». El busca al mago para que le enseñe su ancestral conocimiento y éste le responde que no hay nada que enseñar y que prefiere morir con su conocimiento porque si el conocimiento mágico muere con, él será descubierto por los venideros. En otro relato que sucede posteriormente, el mago le explica que quien explica, en cierta forma regala y no se puede regalar aquello que debe se debe ganar. Este mismo mago guía a Jung en un paso muy difícil, se comunica con los muertos y recita los famosos ¨discursos ante los muertos¨. En estos discursos el mago explica la naturaleza de Dios, del Pleroma, de Abraxxas y otros misterios. El dice que Abraxxas es lo común entre las fuerzas destructuras y creadoras, Abraxxas es una fuerza irresistible que se manifiesta en una u otra acción mientras los opuestos se cancelan en el Pleroma. Abraxxas es la efectividad. Las fuerzas creadoras son tan efectivas como las fuerzas destructoras, no es la fuerza en sí lo que es irresistible sino el efecto, el efecto en uno y otro los convierte en una fuerza irresistible. Este efecto, también explica porqué los muertos aún «viven» entre nosotros: los efectos de sus acciones se siguen manifestando, tal vez, indefinidamente.
El mago le explica a Jung que su alma debe ser encerrada y castigada. No se debe satisfacer cada deseo del alma porque muy pronto estará ebria de sangre humana y su ser será condenado. El alma le dice que, en secreto, este también es su deseo porque encerrada puede ella meditar sobre su ascenso. En otro momento, Jung encuentra al mago orando. En parte de su oración, el mago pide perdón por la falta de consciencia humana, dice que los humanos acusan a Dios de imperfección en su obra y no se dan cuenta que Dios los ha creado para facilitar la perfección de su obra. Dios hizo de un animal un humano, en el humano hay algo de animal y algo de divino. Compara a un hijo arrogante que se quiere apropiar de la fortuna de su padre y espera que el humano sea como el buen hijo que asume la responsabilidad como propia y decide actuar en su manera. Recuerda que el ser humano sigue el camino de otros voluntariamente y, en este seguir, sacrifica su propio camino, su propia historia. El humano ha olvidado que Dios lo ha equipado de tal manera que pudiese seguir su propio camino pero aún así se niega y prefiere seguir el camino ya recorrido por otros.
El libro termina con una conversación con su alma que sirve de mediadora ante los Dioses y el mago.
Leer el contenido de este libro recuerda que somos parte de un gran sistema, que nuestro mundo puede manifestarse como una representación pequeña de aquel gran sistema y que es el inviduo quien debe encargarse de luchar contra sus propios demonios, conciliar sus impulsos y asmilar aquello que no le gusta de sí mismo. Un libro que ayudaría mucho en nuestra oscura época.
Hablemos del mundo 
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