Psychology of the Unconscious, Carl Jung

Este libro es una ventana de acceso a información relevante en el devenir humano. La referencia a idiomas antiguos, sus significados, sus símbolos y demás características culturales que rodean la antiguedad es uno de los elementos más atractivos de este libro. Al leer esta información, resulta claro para el lector que Jung tuvo, de alguna manera, acceso a conocimiento «esoteric» o «Gnostic»: la antiguedad de los libros a los que hace referencia, el profundo manejo de diferentes mitos y sus orígenes linguísticos más antiguos y mucho más. Esta conclusión me llevo a considerar su posible participación de las ordes masónicas, los herederos de los caballeros templares. En un artículo de the New York times, se pudo constatar que, en efecto, Jung llegó a ser «Grand Master of the Swiss Lodge».

A pesar de que algunas de las citas de mayor longitud y profundidad han sido relacionadas en artículos independientes en el presente blog, con el propósito de unificar los pensamientos que surgen post-lectura de esta magna obra, ahora procederemos a relatar de manera breve el contenido del libro en mención. En este libro se puede apreciar claramente la influencia Freudiana pero ya existen algunos rasgos que comienzan a diferenciarse de ella. En esta obra se considera el líbido o, la parte «animal» del inconsciente, lo que hoy se podría denominar el cerebro límbico, como un silencioso determinador del comportamiento humano que opera bajo sus propias motivaciones y, en su memoria se conserva el conocimiento heredado desde las primeras épocas de la humanidad. En este sentido, Jung encuentra un puente entre su trabajo y el trabajo de Schopenhauer. Jung atribuye la similitud en el contenido mitológico de diferentes culturas al hecho de que el cerebro límbico humano tiende a funcionar de una manera relativamente similar a lo largo de diferentes épocas y en diferentes culturas. En este sentido, cada mito es visto como una forma de representar el contenido de las directrices que rigen ese inconsciente que es común a todo ser humano, el inconsciente colectivo. Gran parte de los instintos y deseos, propone este libro, se encuentran representados en conocimiento mitológico y su solución y respuesta también se encuentra codificada en ella. Así, para entender el contenido de los mensajes que el inconsciente quiere transmitir, uno podría expandir su conocimiento mitológico y linguístico; de otra forma, gran parte de nuestras acciones quedarán cubiertas por un velo de oscuridad inexplicable más allá del simple deseo expresado en la voluntad. Esto, por supuesto, es tarea del individuo, quien a través de su propio sacrificio y desarrollo, favorece el desarrollo de su entorno y comunidad.

Estos relatos míticos resultan ser acertados y «verdaderos» en diferentes niveles de análisis, incluyendo el análisis psicológico. No obstante, es necesario recordar que existe también un transfondo histórico y cultural que cada día clama por su reconocimiento con cada nuevo re-descubrimiento arqueológico.

La famosa BBQ Coreana

BBQ Coreana / Korean BBQ

Probablemente, uno de los platos más representativos de Corea es su famosa BBQ. En Corea puedes encontrar diversos y abudantes restaurantes que te ofrecen una gran variedad de carnes que puedes asar en tu propia mesa y cuya experiencia se denomina «Korean BBQ» o «BBQ Coreana». La carne puede ser de res, cerdo, pollo o, incluso, pescados. En el video relacionado en el link a continuación, visitamos un restaurante que conserva un estilo clásico y lo combina con la moderna ayuda de la teconología.

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Más citas a Carl Jung:

A passage from Pseudo-Cyprian:

«O quam praeclara providentia ut illo die quo factus est sol, in ipso die nasceretur Christus, v. Kal. Apr. Feria IV, et ideo de ipso ad plebem dicebat Malachias propheta: ‘Orietur vobis sol iustitiae et curatio est in pennis ejus’, hic est sol iustitiae cuis in pennis curatio praeostendebatur’ »

«O, how remarkable a providence that Christ should be born on the same day on which the sun moves onward, V. Kal. of April the fourth holiday, and for this reason the prophet Malachi spoke to the people concerning Christ: ‘Unto you shall the sun of righteousness arise with healing in his wings, this is the sun of righteousness in whose wings healing shall be displayed’ «

Jung, C. G. (1916). Psychology of the unconscious(p. 113). Nueva York: Moffat, Yard and Company.

In a work normally attributed to John Chrysostomus, «De Solstitiis et Aequinoctiis», occurs this passage:

«Sed et dominus nascitur mense Decembri hiemis tempore, VIII. Kal. Januarias, quando oleae maturae praemuntur ut unctio, id est Chrisma, nascatur – sed et Invicti natalem appellant. Quis utique tam invictus nisi dominus noster qui mortem subactam devicit? Vel quod dicant Solis esse natalem, ipse est sol iustitiae, de quo Malachias propheta dixit: ‘Dominus lucis ae noctis conditior et discretor qui a phopheta Sol iustitiae cognominatus est’ «

Moreover the Lord is born in the month of December in the winter of the 8th Kal. of January when the ripe olives are gathered, so that the oil, that is the chrism, may be produced, moreover they call it the birthday of the Unconquered one. Who in any case is as unconquered as our Lord, who conquered death itself? Or why would they call it the birthday of the sun; he himself is the sun of righteousness, concerning whom Malachi, the prophet, spoke: ‘The lord is the author of light and darkness, he is the judge spoken of by the prophet as the Sun of righteousness’ «Jung, C. G. (1916). Psychology of the unconscious(p. 113). Nueva York: Moffat, Yard and Company.

The ancient pre-Asiatic civilizations were acquainted with a sun worship having the idea of a God dying and rising again (Osiris, Tammuz, Attis-Adonis), Christ, Mithra and his bull, Phoenix and so on.

«They revolt as Lucifer once did against God, and the Archangel Raphael raises his voice warningly:

‘But man hath listened to his voice,
And ye to woman’s – beautiful she is,
The serpent’s voice less subtle than her kiss.
The snake but vanquished dust; but she will draw
A second host from heaven to break heaven’s law’ »

Jung, C. G. (1916). Psychology of the unconscious(p. 120). Nueva York: Moffat, Yard and Company.

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